Hoy en El Tiempo publicaron un articulo de una pareja de Colombianos vendiendo tamales en Dubai.
El email de los señores que los venden es Milenapegu@gmail.com
Este es el articulo.
http://www.eltiempo.com/mundo/medio-oriente/el-tamal-coloniza-a-dubai_8993278-4#opiusuarios_content
Los responsables son un músico ibaguereño y su esposa, una cantante bogotana.
El músico Luis Eduardo Tafur y Edna Milena Pérez están abriéndoles nuevos territorios a los tamales tolimenses y las empanadas, en los Emiratos Árabes.
A Alí Mohamed Al Marzooqi, joven empresario árabe acostumbrado a todo tipo de manjares de la gastronomía internacional, le conquistó el paladar un exótico sabor procedente de Colombia.
En una terraza de Dubái (Emiratos Árabes Unidos) y con el Burj Al Arab, el único hotel de siete estrellas del mundo, como telón de fondo, el emiratí abrió con delicadeza, pero con ansias, las hojas de plátano atadas con una cabuya. Así, sintió por primera vez el sabor de aquel envoltorio desconocido, aún humeante, que a miles de kilómetros (aquí, en Colombia) es conocido como el típico tamal tolimense.
El árabe, sorprendido gratamente, describió el plato colombiano, en buen español, como "algo diferente, raro, exótico, pero delicioso" y comenzó a devorarlo hasta el final.
Luis Eduardo Tafur y su esposa, Edna Milena Pérez, dos músicos radicados en la península arábiga desde diciembre del 2005, son los responsables del arribo del tamal a un emirato, que hoy es considerado uno de los destinos turísticos y comerciales más apetecidos y ricos del mundo.
Después de un lustro de permanencia en el emirato, un día, el ibaguereño y la bogotana se animaron a preparar el plato criollo, para curar la nostalgia y acercarse, así fuera solo gastronómicamente, a su patria.
Apenas había un pequeño inconveniente: ninguno de los dos sabía cómo se prepara un tamal. "En mayo del 2010, mi hermana, Osmany Tafur, que ahora vive con nosotros, viajó a Colombia, y le dijimos que no podía regresar sin la receta de los tamales y sin los ingredientes para hacerlos", dice Luis Eduardo, conocido en la escena musical colombiana como el 'Pollo'.
Ya en Colombia, Osmany fue a casa de Martha, su hermana mayor, que tiene en su historia personal el récord de haber sacado adelante a sus hijos, en Ibagué, con la venta de tamales.
"Osmany grabó en video a Martha cuando elaboraba, paso a paso, los tamales. Después, volvió a Dubái con color, comino, pimienta y otros condimentos que acá no se consiguen con el mismo sabor", recuerda el 'Pollo'.
Lo demás, arroz, huevos, zanahorias, papas, pollo y arveja seca lo obtuvieron allá sin problema alguno. Pero aún faltaba algo esencial para el sabor y la presentación: las hojas. "Tamales sin hojas y sin cerdo no son tamales", advierte Edna Milena.
Recorrieron decenas de los imponentes supermercados del territorio petrolero, hasta que encontraron en la cadena Lulu -que traduce Perla- las hojas de plátano importadas de la India.
Solucionado este inconveniente, faltaba el cerdo, producto que en los países árabes tiene restricción para la venta. Las ganas de comer tamal los llevó a descubrir dos establecimientos comerciales donde, a precios elevados, lo consiguieron.
Entonces, se acordaron de que faltaba algo más: las cabuyas para amarrar los tamales, que, dice Tafur, fueron las más complicadas de encontrar. La cabuya es la que impide el ingreso del agua al tamal, cuando está en proceso de cocción, y a la vez la que ayuda a mantener en su punto perfecto la humedad interna.
La prueba de oro
Con un ojo en el video de los tamales hechos en Ibagué y el otro en la olla, la pareja colombiana inició el desafío.
Mediante prueba y error llegaron a crear el primero y auténtico tamal tolimense de Dubái. "Nos quedó delicioso. Nunca pensamos que comernos un tamal tan lejos de casa nos iba a llenar de tanta nostalgia", dice Edna Milena.
El experimento, en el que participaron Osmany, Luis Eduardo, Edna Milena y hasta la hija de la pareja, Gabriela -nacida hace 3 años y medio en Dubái- fue muy bien recibido por una colonia de colombianos y latinos radicados en el emirato.
Lo que no estaba en sus cuentas es que los árabes también se le midieran a probar los suculentos tamales.
Alí Al Redha -al que cariñosamente le dicen Alirio Herrera- es uno de los clientes fijos de cada miércoles, día escogido para hacer y vender 60 tamales. "Siempre hago mis pedidos para llevar a reuniones con mis amigos, a los que les encanta la comida colombiana", asegura, en un español contagiado por su acento particular. Alí Mohamed Al Marzooqi, Mohamed Ahmed Salim, Fuad (jordano) y Raed (de Beirut) también reservan cada ocho días sus tamales. "También nos compran guatemaltecos, panameños, mexicanos, bolivianos, chilenos, peruanos, mejor dicho, todos los latinos", afirma Osmany Tafur.
Los dueños de la naciente empresa decidieron cobrar 30 dirhams por tamal, es decir, unos $ 16.000 (un dólar equivale a 3,68 dirhams).
Al éxito del negocio se sumaron más colombianos, pues la demanda aumentó con el transcurrir de los días.
Hoy, incluso, hay compatriotas que hacen sus encargos desde Abu Dabi, otro de los siete emiratos del suroeste de la península arábiga. Álvaro Germán Arias y los esposos Mario Godoy y Angélica Molano ayudan en la elaboración y mercadeo de los tamales.
De un tiempo para acá, la sociedad comenzó también a hacer empanadas -120 semanales-, masato y, ¿por qué no?, arroz con leche.
Un futuro prometedor
Pero no solo de tamales viven Luis Eduardo y Edna Milena. Su nueva vida en Dubái comenzó porque unos amigos músicos, en Bogotá, se enteraron de que los artistas colombianos eran muy apreciados en tierras árabes, por su 'sabor' y su versatilidad.
En Colombia, el 'Pollo' había tocado trompeta, piano, bajo y percusión, en orquestas como los Alfa Ocho, Iván y sus Bam Band, Charlie Zaa, Lucho Bermúdez y el Grupo Clase. Edna Milena, dueña de una impactante voz, acompañó por varios años a Micky Taveras.
Un día, Luis Eduardo y Edna Milena viajaron a probar suerte, en compañía de otros dos músicos. "Lo que nos dio más duro al comienzo fue el clima. En época de calor, Dubái llega a los 52 grados centígrados", afirma, y asegura que el dominio básico del inglés fue fundamental para comunicarse.
No pasó mucho tiempo desde su arribo a ese territorio desconocido, cuando lograron una audición en el hotel de cinco estrellas Habtoor Grand Resort and Spa. Desde el día siguiente los acaudalados huéspedes de distintas latitudes comenzaron a deleitarse con cumbias, porros y bambucos.
Actualmente, los colombianos actúan en hoteles como el Burj Al Arab, Mina A Salam y los Hilton, entre otros.
Sobre la opción de regresar a Colombia, la pareja tiene una posición: "La tierra nos hace falta y haremos lo que Dios decida -afirma el 'Pollo'-, pero, la posibilidad de permanecer en un país en el que los hijos salen del colegio hablando tres idiomas (árabe, francés e inglés), más el español que les inculcamos en el hogar, y en el que tienen un futuro prometedor nos pone realmente a pensar".